Tu: -lo miras, te acordaste de la apuesta y te cayó una
lagrima-.
Tom: -abre los ojos lentamente, y te mira casi sin poder
moverse- (tu nombre).
Tu: ¿Por qué lo has hecho?
Tom: demostrarte… que… te amo…
Tu: no deberías haberlo hecho.
Tom: ¿Por qué no?
Tu: porque dije que te odiaba.
Tom: por eso… lo hice.
Tu: Tom…
Tom: ¿si?
Tu: lo siento.
Tom: no… no tienes que sentir nada.
Tu: sí debo hacerlo.
Tom: te amo.
Tu: …
Tom: ¿me amas?
Tu: …
Tom: (tu nombre)…
Tu: ¿si? –a punto de llorar-.
Tom: no llores, porfavor… ¿me amas?
Tu: lo tenemos que hablar fuera ¿Vale?
Tom: me vas a dejar ¿verdad?
Tu: …
Tom: dime la verdad, no pasa nada.
Tu: si pasa, Tom, si pasa.
Tom: no… todo estará bien –mentira-.
Tu: tengo que pensar.
Tom: ¿Por qué has venido a verme?
Tu: necesitaba saber si estabas bien.
Tom: … vale.
Tu: me… me voy.
Tom: claro –no quería llorar-.
Tu: gracias.
Tom: de nada.
Tu: Tom…
Tom: ¿Qué?
Tu: no seas borde.
Tom: lo siento.
Tu: adiós.
Tom: adiós.
Te sacan de la sala y te llevan a tu habitación. No
tenias ni idea de que ibas a hacer con el tema de Tom.
A las horas llegó la sangre de Tom y tuya. A los 5 días
ya podíais salir del hospital, completamente recuperados. Tom salió antes que
tú y Bill lo llevo a casa, tú saliste a la tarde y él a la mañana. Cuando te
sacan del hospital y llegas a casa aun no habías visto a Tom desde la última vez
que hablaste con él. Entraste y saludaste a Bill a Georg y a Gustav ya que
Helen y Andreas habían venido contigo. Después subiste a tú habitación, la que
era también de Tom, y ahí estaba él, sentado en la cama.
Tom: -te mira, y no supo si levantarse a darte un abrazo
o quedarse sentado, por ti-.
Tu: hola…
Tom: hola…
Tu: ¿Cómo estás?
Tom: bien ¿y tú?
Tu: bien.
Tom: -intenta sonreír-.
Tu: sabes… esperaba un bebé y…
Tom: shh… lo sé.
Tu: ¿Por qué hablamos como dos extraños?
Tom: no lo sé.
Tu: ¿por qué lo hiciste?
Tom: ¿El qué (tu nombre)? ¿Qué hice? ¿Qué coño hice?
Tu: la apuesta.
Tom: pero que mas da la apuesta, ¿Qué mas da?
Tu: me mentiste.
Tom: no.
Tu: sí.
Tom: ¿En qué te mentí? Yo te he amado, y no ha sido una
mentira, es verdad, hice la apuesta con Georg pero la hice hace 1 año y pico,
¿Crees que de verdad seguiría con esa mierda de apuesta por 150€? ¿De verdad lo
crees? Porque si es así, quizá si deberíamos dejarlo ¿no crees? –le estaba
matando por dentro, pero era por ponértelo fácil a ti, si era realmente lo que
querías: dejarle-.
Tu: … sí creo.
Tom: -sintió como una puñalada dentro de él y le embestía
contra una pared- ¿quieres dejarlo?
Tu: quizá sería lo mejor.
Tom: ¿Por qué?
Tu: se nos ha ido de las manos… -casi llorando-.
Tom: -a punto de llorar también- ¿segura?
Tu: sí…
Tom: …
Tu: ¿Estás de acuerdo?
Tom: -niega con la cabeza-.
Tu: es lo mejor.
Tom: no lo es.
Tu: …
Tom: porfavor, no.
Tu: -te sentías engañada por Tom pero a la vez no- déjame pensarlo.
Tom: como veas… -con los ojos llenos de lagrimas-.
Tú saliste de la habitación, llorando y no sabias donde
ir, así que te metiste en una de las habitaciones de invitados, era la de
Georg. Empezaste a llorar, no sabias que hacer, otra vez pensaste que todo eso
del amor no existía, por mucho que Tom de había demostrado, tú sentías como si
fuese todo una mentira. Entra Georg.
Georg: -se sobresalta al verte ahí- hey (tu nombre), que
susto –se da cuenta que estas llorando- ¿Qué pasa? –se acerca a ti-.
Tu: lo voy a dejar con Tom.
Georg: ¿Qué? ¿Por qué?
Tu: la apuesta, Georg, la apuesta…
Georg: la apuesta la hizo conmigo, yo ni me acordaba de
la apuesta, no sé si Tom si se acordaba, pero créeme: él no llegaría tan lejos
con una chica por 150€, de verdad, ¿no ves que tiene mucho dinero? No quiere
para nada esos 150€…
Tu: … me siento engañada, Georg.
Georg: yo no te diré que no le dejes, ni que le dejes,
haz lo que tú veas, pero yo sé que Tom te ama, te ama muchísimo (tu nombre), de
verdad.
Tu: pero todo empezó siendo mentira.
Georg: pero acabó siendo verdad.
Tu: …
Georg: piénsalo bien.
Tu: -asientes con la cabeza y te levantas- perdón por
invadir tu habitación –mientras te secas las lagrimas con la mano-.
Georg: -sonríe- no te preocupes.
Tu: voy abajo.
Georg: vale –sonríe- yo iré a la ducha.
Tu: hasta luego.
Tú sales de la habitación, y decides ir a hablar con Tom,
no querías alargar más la cosa, no querías pensar más en esto, así que fuiste a
tu habitación otra vez.
Tu: -tocas la puerta-.
Tom: … adelante.
Tu: -abres-.
Tom: (tu nombre)…
Tu: ¿El primer beso que me diste fue porque lo sentías?
Tom: -te mira fijamente- ¿de verdad quieres saberlo?
Tu: pregunto por algo.
Tom: …no.
Tu: eres un cabrón.
Tom: (tu nombre), porfavor…
Tu: ni (tu nombre) ni hostias, Tom. Me lo podrías haber
dicho ¿sabes? Tú sabías todo lo que pase, tú lo sabias y aun así seguiste
adelante con toda esta mierda.
Tom: si seguí adelante, fue por algo.
Tu: no te creo, Tom.
Tom: (tu nombre), te lo digo de verdad. Te lo juro.
Tu: … es mejor dejarlo.
Tom: ¿Qué? No… porfavor. –a punto de llorar-.
Tu: lo siento Tom, es lo mejor.
Tom: ¿Por qué?
Tu: porque sí… no volveré a confiar en ti… y todo lo que
me costó confiar… es mejor así. –no querías hacerlo, pero era lo mejor, y
alargarlo más sería muchísimo peor, tanto como para ti, como para Tom-.
Tom: ¿no confías en mi?
Tu: … no
Tom: ¿de verdad? –casi llorando ya-.
Tu: no…no llores.
Tom: ¿Qué no llore? ¿Y qué hago? ¿Me río? –le cae una
lagrima- no puedo vivir sin ti ¿no lo entiendes? No digas que no llore, porque
es imposible que no llore –ya resbalándose las lagrimas por las mejillas-.
Tu: volveré a España, ya está.
Tom: -te mira-.
Tu: gracias por la sangre, gracias. Pero no puedo seguir
contigo, me siento engañada no puedo volver contigo.
Tom: pero…
Tu: no confío en ti, no sé si cuando dices “te amo” lo
dices de corazón, no lo sé, y para ahorrarnos peleas y demás… lo mejor es…
dejarlo. –te aguantabas el llanto-.
Tom: ¿de verdad lo quieres así?
Tu: sí.
Tom: adelante.
Tu: -lo miraste-.
Tom: si crees que será mejor estar sin mí, estar
separados, tú en España y yo aquí, adelante. Puedes irte. Yo quiero que seas
feliz, y si a mi lado no lo eres pues mira yo me aguantaré pero seré feliz
sabiendo que tú estarás feliz… -a ti te caian lagrimas, no lo querías dejar
pero era lo mejor- no llores (tu nombre), yo sé encontrarás a alguien y bueno,
espero que te sepa tratar como te mereces, como creo que te he tratado yo
–quería llorar pero se aguantaba, se acerca y te seca las lagrimas con sus
pulgares- Siempre tendrás a ese Tom en Alemania, para lo que necesites. También
quiero que sepas que eres la mujer a la que mas he amado nunca, y creo que no
podré hacerlo de esta manera nunca mas, a nadie. Me has hecho muy feliz este
año y medio que llevamos juntos, pero ahora sólo me queda decirte que seas
feliz ¿Vale? –te da un beso fuerte en la mejilla-.
Tu: -llorando- gracias por todo lo que hiciste por mí… y…
cuídate. No puedo decirte nada más, es posible que me este equivocando y es
posible que no, pero creo que es lo mejor. Que sepas, que tú en España siempre
tendrás a una amiga. Adiós.
Tom: -intenta sonreir- cuídate (tu nombre), cuídate
muchísimo ¿Si? Nunca soportaría que te pase nada, aun estando lejos ¿si? Te
amo.
Tú sales de la habitación, y te vas al jardín de la casa
y te sientas en un banco. Llega Bill.
Tu: lo he dejado con Tom y me vuelvo a España.
Bill: -se le cambia la cara de color- ¿¡QUÉ!?
Tu: sí, no… no quiero hablar más del tema ¿vale? Iré a
hablar con Andreas ahora y cogeré el primer vuelo que haya, me quiero ir ya.
Bill: pero…(tu nombre)…
Tu: porfavor Bill…
Bill: pero joder no, no te vayas…
Tu: -suspiras- Bill porfavor.
Bill: -te abraza- te adoro muchísimo de verdad… -casi
llorando-.
Tu: y yo a ti –le correspondes el abrazo-.
Bill: espero que te vaya todo super bien, te mereces lo
mejor en esta vida, en serio. Y porfavor no quiero que perdamos el contacto,
por nada del mundo.
Tu: no, tranquilo.
Bill: ¿te acompaño a hablar con Andreas?
Tu: vale.
Bill y tú vais al salón y ahí estaban Andreas, Georg,
Gustav y Helen. Os sentáis en el sofá.
Tu: bueno chicos, no quiero que pregunteis después de lo
que voy a decir, no quiero que digáis nada al respecto ya que he tomado una
decisión y no la voy a cambiar por nada.
Ellos: -te miras atentos-.
Tu: lo he dejado con Tom y me voy de Alemania… me voy a
España otra vez.
Andreas: ¿¡QUE!? No, no, tú no te vas, vamos esque me
niego. No.
Tu: Andreas la decisión esta tomada ¿Vale?
Andreas: no, no (tu nombre). No vas a volver a ese
barrio.
Tu: no, esque no voy a ese barrio. Voy a otro distinto. O
quizá a Francia. Me da igual.
Andreas: ¿Cuándo?
Tu: ya.
Andreas: no… no.
Tu: sí. Voy a hacer mi maleta y si alguien se ofrece a
llevarme a la estación perfecto, si no iré yo sola.
Entra Tom por la puerta.
Tom: yo te llevaré si nadie te lleva.
Andreas: tú, cabrón de mierda, no llevas a mi prima a
ningún sitio.
Tom: -lo mira, estaba muy dolido por lo tuyo, que encima
tenia que aguantar a su mejor amigo de esa manera-.
Andreas: no se va a ir.
Tom: si se quiere ir, se va y punto.
Andreas: Te importa una mierda que se vaya ¿Verdad? Ah,
claro, que no la quieres, que todo era por 150€
Tom: -lo mira negando con la cabeza, ya no podía más- haz
tú maleta, cuando quieras ir al aeropuerto me llamas y vengo a buscarte si
esque no te quiere llevar nadie. Adiós. –sale de la casa pegando un portazo-.
Georg: eres un gilipollas, Andreas. Tu sabes que él ama a
tu prima.
Tú te vas de ahí, subes arriba y empiezas a hacer la
maleta. La estabas terminando y entra Helen.
Helen: (tu nombre) ¿estas segura?
Tu: totalmente.
Helen: mira (tu nombre), yo sé que no debería meterme en
esto, pero creo que la mejor opción no es esta. Tom te ama, y tú le amas. Es
absurdo irse ¿no crees?
Tu: Helen, porfavor, ya he tenido bastante.
Helen: -suspira- sólo era es, cariño. Si tú crees que
estarás mejor así, adelante. Aquí te queda una amiga ¿Vale?
Tu: -sonríes a punto de llorar- ya he terminado. ¿Alguien
me lleva?
Helen: Georg.
Tu: vale, vamos.
Bajáis abajo y estaba Georg esperando para llevarte.
Andreas: que no (tu nombre), que no. Que no te vas,
joder.
Tu: Andreas, me voy a ir, si quieres despedirte de buenas
bien, si no me voy y ya esta.
Andreas: -suspira y te abraza- ¿Quieres dinero?
Tu: no, gracias…
Andreas: bueno…
Tu: -te separas- adiós –dices intentando sonreír-.
Andreas: cuídate y llámame cada día ¿Eh?
Tu: sí –sueltas una risa pequeña-.
Andreas: te quiero.
Tu: y yo a ti.
Gustav: cuídate muchísimo (tu nombre) –te abraza-.
Tu: y tú también, Gustav –le correspondes el abrazo-.
Entra Tom.
Tom: -déjame llevarla a mi, porfavor –le dice a Georg a
la oreja-.
Georg: -asiente- claro –dice susurrando- (tu nombre), me
tengo que ir, se me olvidaba que tengo que ir a buscar a mi madre para llevarla
a casa de mi tía…
Tu: ah, bueno… -le abrazas- cuídate mucho –sonríes-.
Georg: tú también, pequeñaja –te corresponde el abrazo-.
Georg se va de la casa con Gustav, y los únicos que
tenían coche eran Bill y Tom, ahí ahora mismo, y Bill se tenia que ir a una
reunión.
Tu: bueno… em… ¿Quién me lleva? ¿O pido un taxi?
Tom: ya te llevo yo.
Tu: -asientes con la cabeza, miras a Bill, Andreas y
Helen- os quiero muchísimo. Os envío un whatsapp cuando sepa si voy a Francia o
España ¿Vale?
Ellos: -asienten casi llorando- te queremos mucho.
Tú sales de la casa con Tom, avanzáis al coche.
Tom: dame, que tú no podrás con la maleta.
Tu: -le das la maleta-
Tom: -mete la
maleta en el maletero-.
Subís al coche, os quedaban 45 minutos de camino. Cuando
llevabais 20 minutos sin decir absolutamente nada, Tom decidió romper el
silencio.
Tom: ¿Estas segura?
Tu: no, pero voy a ir igual.
Tom: entonces no te vayas.
Tu: me voy a ir.
Tom: -suspira- ¿ni como amigos?
Tu: amigo es una palabra muy grade, ¿no crees?
Tom: no, no lo creo.
Tu: …
Tom: te amo.
Tu: … porfavor Tom.
Tom: ¿Por qué no me crees?
Tu: no puedo hacerlo.
Tom: te juro que te amo, te he amado siempre.
Tu: no. Tom no. Ahora entiendo porque estabas con una
gorda como yo, porque ni si quiera me querías. Ves, yo me decía que eso no
podía estar pasando, era demasiado bonito para ser verdad ¿sabes? No podía
tener como novio a alguien como tú, guapo, buena persona, era demasiado para mí
¿no crees? Mírate y mírame, no pegamos ni con cola, no podía ser verdad que
alguien como tú quisiera estar con una gorda como yo y no con un pibón.
Tom: ¡BASTA! (tu nombre), basta. Para. No estas gorda,
eres guapísima, y eres la mejor persona que he conocido nunca ¿Entiendes? NO
DIGAS QUE ESTAS GORDA, NO. ESO NO TE LO VOY A PERMITIR, ESO NO. Para de decir
gilipolleces ¿Vale? PARA.
Tu: no son gilipolleces.
Tom: BASTA. Cállate. Eres guapísima, no voy a permitir
que ni si quiera tú hables así de ti, ¿Entendido?
Tu: … no era posible y punto.
Tom: era posible, que te entre en la cabeza, que estabas
conmigo, te que amaba y que te amo, que no quiero que te vayas, pero te lo
estoy poniendo fácil para que tú no sufras, ya sufro yo, no quiero que sufras
más en esta vida, no quiero ¿vale? Así que si no lo quieres entender no es mi
culpa, pero que yo te quiero, te amo, y doy mi puta vida por ti. Me puedes
llamar cuando quieras, a la hora que quieras, para que haga lo que quieras.
Nunca te voy a decir que no, como si quieres llamarme a las 4 de la mañana
diciendo que si puedo ir a donde quiera que estés porque necesitas a alguien o
cualquier cosa, yo iré. Quiero que te vayas
con eso en la cabeza, ya está.
Tu: hemos llegado.
Tom: -casi llorando- pues baja del puto coche.
Tu: adiós.
Tom: cuídate. –no te miraba-.
Tu: -lo miraste- cuídate mucho.
Tom: -tenia cogido el volante mientras lo miraba-.
Tu: -bajas del coche-.
Tom: (tu nombre).
Tu: ¿Qué? –lo miras aun sin cerrar la puerta de
copiloto-.
Tom: -se saca el collar de estrella y te coge la mano, te
lo pone ahí y la cierra, aparta su mano de la tuya- ten.
Tu: no… es tuyo.
Tom: tenias que dárselo a quien le de luz a tu vida, tú
piensas que no te lo he dado, así que quédatelo.
Tu cierras la puerta, Tom baja del coche, baja tu maleta
del maletero y tú vas a por el billete. Había uno para Francia. Y cogiste ese,
salía en 5 minutos. Miraste la estrella que te dio Tom “él me ha dado luz, el
me ha hecho feliz después de todo y a pesar de todo, se la tiene que quedar”
pensaste. Fuiste corriendo a donde estaba el coche y aun no se había ido,
miraste a través del cristal y lo viste con las manos en el volante y la frente
apoyada en este mientras lloraba, pero llorar a llanto limpio, se te cayó el
alma al suelo.
Tu: -tocaste la ventanilla-.
Tom: -mira y ve que eres tú, baja la ventanilla-.
Tu: dame tu mano –mientras alargas la tuya-.
Tom: -alarga la mano-.
Tu: -se la coges, le abres el puño y colocas la estrella
en su mano temblorosa- tú le diste luz a mi vida y tú me hiciste feliz. No
quería admitirlo pero tú sabes y yo sé que me has hecho la persona más feliz
del mundo, que me has amado con todo tu corazón, tú mereces tener la estrella.
Y que sepas que yo también te amo, de aquí al doble infinito, pero lo siento,
mi decisión es esta. Cuídate. No llores porque me voy ¿vale? No merece la pena.
Adiós –dices mientras lagrimas caían por tu mejillas-.
Te vas de ahí casi corriendo para no perder el vuelo. Tom
se queda viendo como te vas, llorando, queriendo ir detrás de ti y algo se lo
impedía.
Tú te montas en el vuelo para irte a Francia. ¿Dónde?
Paris.
Tom llego a casa, y vio a todos muy atentos a la tele.
Tom: ¿Qué pasa?
Bill: un accidente de avión, despegando, aquí en el
aeropuerto.
Tom: ¿Muertos?
Bill: sí.
Tom: ¿Cuántos?
Bill: no lo sé, 40 creo. Se a salido de pista y ha
empezado a arder.
Tom: ¿Qué vuelo?
Bill: 470
A Tom se le congeló el corazón mientras decía “mi niña,
mi pequeña, mi (tu nombre), porfavor sigue viva. Sigue viva”
FIN.
Hoooooola! Aquí tenéis el último capítulo de la fic, hay segunda parte pero aún tengo que hace unas cositas antes de empezar a publicarla. GRACIAS por leer esta fic, aun tardando milenios en subir capítulos, es todo un orgullo para mi saber que hay gente que le gusta lo que escribo y me siguen. Pronto tendréis noticias sobre la segunda parte, espero que os haya gustado!! Más que nunca, ahora comentar que os a parecido la fic, que cambiaríais que no, en fin todo eso!! Nos leemos pronto, muuuuuy pronto de verdad :D mientras tanto podéis seguirme y hablarme por Twitter: @anaschreii.
Beeeeesis enormes. Cuidaros muuuuuucho♥
-Ana