Andreas: ¿Qué el hijo de puta de Cristian le pegaba a mi
prima? Me voy a España, le voy a cortar en cachitos y le voy a hacer sufrir de
tal forma, que se arrepentirá de haber vivido.
Tom: -se levanto y fue a buscarte-.
Tú estabas sentada en una silla, con los pies arriba de
esta y cogiéndotelos con los brazos en el balcón de tu habitación la que era
también de Tom. Estabas sentada, viendo como llovía, pasando frio, pero no te
mojabas gracias a un pequeño toldo. Nada te importaba en ese momento, eso no
podía estar pasando, todo iba bien, estabas con gente que te quería, tenias
amigos, tenias hermanos, tenias a Tom, tenias a los chicos, quien los
considerabas tus hermanos, y ahora te llama tu madre diciendo “Hija” ¿Pero que
se creía esa mujer? De repente sientes que alguien abre la puerta del balcón…
X: (tu nombre)…
Tu: -te secas las lágrimas-.
X: - coge una silla, se sienta frente a ti, se inclina y
te abraza- amor, tranquila
Tu: Tom, esque no puede llamar así ¿entiendes? No puede
–llorando-.
Tom: lo sé, lo sé (tu nombre), pero olvídalo mi amor,
estoy aquí para cuidarte, tú lo sabes, esa señora no debería haber llamado,
pero bueno, hay personas pues que… se les va un poquito la olla.
Tu: -suelta una pequeña risa por lo último que había
dicho Tom-.
Tom: -se separa y hace que lo mires, tú lo miras, y el te
seca las lagrima con sus dedos, muy suavemente, y te sonríe- todo va a estar
bien, nos tienes a nosotros, y no te vamos a dejar nunca de lado, nunca. Y
menos yo, que te amo más que mi vida, de verdad, créeme.
Tu: -sonríes- te amo –le das un beso-.
Tom: -te sigue-.
Tu: pero ahora tengo un problema… y no pequeño…
Tom: ¿cuál?
Tu: pues… que he dicho que Cristian me maltrataba delante
de todos.
Tom: no lo expliques si no quieres, no tienes porque
hacerlo si no estás preparada, yo les digo que no quieres hablar del tema si a
ti te da cosa. Y si lo quieres hacer, yo estaré ahí, a tu lado cogiéndote la
mano.
Tu: -lo abrazas- no me merezco a alguien como tú.
Tom: ¿Por qué? –dijo confundido mientras te correspondía
el abrazo-.
Tu: no es que no me lo merezca, pero esto no puede ser
real, tú… tú eres como lo que yo siempre soñaba, eres esa persona que me
quiere, que me cuida como si fuese su vida, y nunca me he sentido así desde que
mi padre falleció, pero cuando te haces más grande te das cuenta de las cosas,
no es todo bonito, pero ahora en mi vida si es todo bonito, te tengo a ti,
tengo a los chicos incluso tengo a Helen, y yo hace 8 meses pensaba que iba a
estar en una habitación encerrada el resto de mi vida hasta que me muriera del
asco ¿sabes?
Tom: -se sentía mal por ti, porque él sabía que en el
fondo tú no estabas bien, por todo lo que te pasó, y él estaba dispuesto a
darlo todo por ti, enfrentarse a lo inafrontable y pelear por ti, como si fuese
su vida, por que al fin y al cabo, te quería e incluso más que a ella, es
decir: su vida- (tu nombre) esto es real, esto es ser feliz, olvida todo lo
malo, y dale paso a todo lo bueno, porque ya te he dicho, que conmigo todo será
bueno, te lo prometo. Te haré sentir como una princesa, incluso mejor que eso,
te haré sentir como te mereces, ya lo sabes.
Tu: ya lo haces Tom, ya haces que me sienta así, y te doy
las gracias amor.
Tom: -se separa y te besa, sonríe- ¿Qué? Vas a contarles
todo a los chicos, ¿O no?
Tu: sí –sonríes- es parte de mi pasado y tengo que
desprenderme de él.
Tom: -sonríe-.
Tú y Tom bajáis al salón donde Andreas seguía hablando de
cómo iba a matar a Cristian y todas las torturas que tenía pensado hacerle,
entráis Tom y tú y todos os miran, os sentáis en el sofá, y tú miras a los
chicos y a Helen uno por uno a los ojos, mientras ellos te preguntaban con la
mirada: ¿Qué coño pasa aquí?. Tom te tenia de la mano todo el rato, como te
había dicho…
Tu: bueno pues…
Todos te miraban atentos.
Tu: joder, me intimidáis chavales.
Todos ríen, y dejan de mirarte tan atentos.
Tu: a ver. Eso que habéis escuchado, de que he sido
maltratada… a sido producto de vuestra imaginación.
Todos se quedaron mirándote con una cara como si alguien
viene y te dice que tienes un burro en el patio de tu casa bebiendo agua de la
manguera.
Tu: vale no –ríes- vuestras caras, que épicas –seguías
riendo-.
Andreas: (tu nombre) enserio ¬¬
Tu: vale, vale. Que impaciente macho.
Andreas: ¬¬
Tu: bueno, a ver. Es que no hay mucho que explicar, solo
que el cabrón ese me pegaba. Perdió el control, y mi madre no hacia nada al
respecto, nadie hacia nada al respecto, ¿Qué podía hacer yo?
Bill: denunciarlo.
Andreas: ¿Denunciarlo? ¡No! ¡Matarlo lenta y
dolorosamente al muy hijo de puta!
Tu: tenia miedo.
Georg: ¿Por qué?
Tu: nadie me apoyaba. Si yo lo denunciaba todos estaban
con él y no conmigo, posiblemente yo ya no estaría aquí, vivía un barrio de
mierda dónde sus amigos y él eran los “reyes” se peleaban con bandas, apostaban
sus vidas, ¡Las apostaban! ¿Qué clase de persona apuesta una vida, o algo que
quiere? ¿Qué clase de persona apuesta dinero por personas? ¿Qué coño hacia yo?
¿Denunciarle? ¿Para qué? ¿Para que me mataran? Pues lo llegue a pensar, pero
luego pensé: no (tu nombre), tu eres fuerte, estos son una mierda, y si te vas
ellos lograrán lo que quieren, así que, quédate.
Tom: -al oír lo que dijiste sobre las apuestas, eso de
“¿Qué clase de persona apuesta una vida, o algo que quiere? ¿Qué clase de
persona apuesta dinero por personas?” se acordó de la apuesta que hizo con
Georg, esa apuesta que estaba en el aire, como a Georg se le escapará algo de
eso, podía liarse pero bien liada, te soltó la mano- ahora vengo –se levanto y
se fue por la puerta del patio-.
Tu: -lo miraste a los ojos y sabias que algo le pasaba-.
Helen: -continuó con el tema- ¿Y tu madre no hacía nada
al respecto?
Tu: no, si el padre de Cristian, Fran, era un gilipollas,
y la tenia tonta perdida a mi madre, no sé porque pero era así.
Georg: no tienes hermanos ¿No?
Tu: no
Bill: bueno (tu nombre), tú no te preocupes más, sabes
que estamos aquí para todo, estás con nosotros y no te va a pasar nada más de
eso, de verdad –te sonríe y te da una abrazo-.
Tu: -sonríes- gracias.
Tú te quedaste ahí hablando con los chicos, y cuando Tom
se levanto de ahí para irse por la puerta del patio, había ido a aquel lugar
dónde había el rio aquel, que solo sabia de su existencia los chicos, y bueno,
desde hace un tiempo, tú también. Estaba sentado en el banco, había parado de
llover, estaba todo mojado y olía a humedad, y era un olor que él le causaba
tranquilidad. Estaba pensando en todo lo que habías dicho sobre las apuestas.
Narra Tom.
Cuándo he oído eso de la apuesta salir por su boca, la he
mirado a los ojos. ¿Qué pasa si algún día se entera que estoy con ella por una
apuesta de mierda? Y no es cualquier apuesta, si no: si hago que (tu nombre) se
enamore de mi en menos de un mes, me das 150 euros, pero yo ya te adelanto que
no me enamoraré de ella, pff, porfavor, ¿la has visto?. Esas fueron mis
palabras hacia Georg, ¿En qué cojones estaría pensando yo en ese momento? Supongo
que, el Tom de antes por así decirlo, no
se paraba a conocer a las personas y nunca se había… enamorado. Si Georg suelta
algo de la apuesta se puede ir todo a la mierda, y ella dejarme, por qué como
ha hablado hoy, me dejaría, seguro. Pero no le puedo decir nada a Georg, ¿Por
qué entonces que pasará? Lo mismo se lo suelta. Joder, menuda mierda.
Estaba yo en mis pensamientos cuándo oigo los pasos de
alguien. Mire hacia atrás y la vi a ella, ahí estaba, viniendo hacia mí, con
una sonrisa en la cara, mirándome como solo ella sabe.
Tu: -sonriendo- ¿Qué te ha pasado Tom? –te sientas a su
lado y le pones una mano en la rodilla-.
Tom: -sólo la podía mirarte, no decir palabra alguna, y
estaba a punto de romper a llorar en cualquier momento ¿Por qué? Ni él lo
sabía. Suponía que por rabia a él mismo-.
Tu: ¿Tom?
Tom: -sólo te miraba-.
Tu: ¿Estás bien?
Tom: sí.
Tu: ¿Seguro?
Tom: claro –intenta sonreír-.
Tu: no estás bien, estás raro, algo te ha pasa- te
interrumpe con un beso, creía que sería la mejor forma de no tener que dar
explicaciones-.
Tu: -te separas- no, eso no te sirve ahora.
Tom: -mira hacia otro lado suspirando-.
Tu: ¿Qué pasa amor?
Tom: -te mira, con lágrimas en lo ojos, encogiendo la
nariz para evitar que salieran- nada amor –sonríe forzadamente- de verdad, no
pasa nada.
Tu: vas… vas a llorar
Tom: ¿yo? No, no voy a llorar.
Tu: Tom ¿Qué te pasa?
Tom: …
Tu: parece que desde que he dicho la última frase, estés,
no sé, ¿Raro?
Tom: ¿Cuál ha sido tú ultima frase?
Tu: la de las apuestas, antes de irte.
Tom: -cerró los ojos, al oír “apuesta” y miro hacia otro
lado-.
Tu: ¿Qué coño te pasa?
Tom: nada.
Tú te levantaste de ahí y te fuiste. No sabías que le pasaba
a Tom, algo con una ¿Apuesta?.
Tom se quedo ahí pensando otra vez, como había hecho
hasta ahora, saco una pequeña petaca de alcohol, y como era muy fuerte se puso
algo ebrio, tanto como para decir lo que sentía en voz alta, cuando volvió a oír pasos.
Tom: (tu nombre) no me pasa nada, de verdad, vuelve a
casa, no te preocupes –mirando al agua que fluía por el rio.
X: no soy (tu nombre).
Tom: -se gira- ¿Qué coño haces tu aquí?
X: te has peleado
con tu novia ¿no?
Tom: Marta, no jodas, vete.
Marta: no –se sentó a su lado-.
Tom: ¿sabes? Soy un imbécil.
Marta: ¿por qué? –coqueteándole-.
Tom: el amor de mi vida, es mi vida, por una puta
apuesta.
Marta: -vio la petaca de alcohol y supo que Tom iba un
poco bebido, así podría aprovechar- ¿Cómo, cómo?
Tom: hice una apuesta, no me enamoraría de (tu nombre),
haría que ella se enamorará de mi y… después dejarla, estamparle la puerta en
la cara, por 150 euros de mierda ¿Sabes? No me merezco a una chica como ella,
me merezco algo mucho peor, y ella algo mucho mejor.
Marta: no Tom, estas equivocado, tú mereces alguien mejor
que ella, como por ejemplo yo.
Tom: -iba bebiendo de la petaca y cada vez se ponía más
borracho, la miró- ¿Ah si?
Marta: claro, mira –le coge la mano y pone una mano en su
pecho- ¿No ves? Esto ella no lo tiene, por no decir que casi no tiene, ni esto
–le lleva la mano a su trasero- ni esto, ella la tiene mucho peor.
Tom: -iba muy borracho-.
Marta: podrías ser feliz a mi lado, sin apuestas por
medio, sin nada que te haga infeliz.
Tom: -le aparta la mano- ella me hace feliz.
Marta: no Tom, eso es lo que tu piensas, ven aquí –lo
coge del mentón y se va acercando a él, hasta que sus labios se tocaron y ella
beso a Tom, él no hio absolutamente nada, ni si quiera movió los labios-.
En ese justo momento, alguien llego a ese lugar, varias
personas, que recibían el nombre de (tu nombre), Helen, Bill, Andreas, Georg y
Gustav, viendo esa escena.
Tu: -los mirabas, con los ojos como platos, con lagrimas
corriendo por tus mejillas, en esos momentos estabas odiando a Tom como al que
más-.
Andreas: ¡Serás hijo de puta! –se acercó a ellos-.
Marta se separó de Tom, y Tom les miró incrédulos, sin
saber que cojones había, o estaba pasando.
Marta: -se levantó, pasó por tu lado, te sonrió, y empezó
a caminar-.
Andreas: -fue a Tom y le pego un puñetazo-.
Tom: -con el puñetazo ese logró ver que algo iba mal, se
despejo un poco, y le vino el flashback de cómo había pasado todo, se puso
derecho otra vez, ya que el puñetazo que le había pegado Andreas lo logro
inclinar un poco hacia la derecha, se toco el labio, y te miró, te miró a los
ojos, con tristeza, con arrepentimiento de haber hecho eso-.
Tu: -lo miraste, con tus mejillas empapadas de lagrimas-
esto se acaba aquí –te giraste y te dirigiste a Marta, cuando la alcanzaste, le
pegaste un puñetazo- las cosas de los demás, no se tocan ¿sabes? Pero ahora es
todo tuyo.
Marta: -respondió con un puñetazo haciéndote sangrar el
labio-.
Tu: -le pegaste una patada y te tiraste encima suyo-.
Helen y Bill fueron a cogerte a ti, y Georg y Gustav a
Andreas para que no le pegará más a Tom. Cuando Helen y Bill lograron separarte
de Marta…
Bill: vete a la mierda y no vuelvas más por aquí, so
zorra.
Marta: -solo sonrió, con sangre en la ceja y en el labio
y se fue de ahí-.
Georg y Gustav separaron a Andreas de Tom y ………….